Soledad

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Estar en este lugar puede llegar a hacerte sentir condenadamente solo. Muchas de las personas que veo aquí encuentran alguna forma de reprimir la soledad.
Algunos ven hologramas que muestran simulaciones de chicas capaces de entablar una conversación con un hombre soltero de cualquier “especie”, otros se la pasan horas estudiando la formas de vida o incluso comiendo en nuestro rincón de cafetería, no se diga las intimidades que he ignorado en los pasillos del puente.
Afortunadamente tras estas paredes de dos por dos metros y una escotilla no me siento solo, traigo conmigo el recuerdo de esa chica que salio a despedirme al puerto espacial la noche que partí, y si algo extraño de mi hogar es su linda sonrisa alentándome para seguir mi sueño. Recordarla es como si estuviera a mi lado diciéndome que me espera en nuestro hogar y anhelo el día en que pueda salir volando de aquí y verla a los ojos como el explorador que ella espera, aunque quizás ella ya me como todo un explorador.
No puedo dar marcha atrás a mi servicio, cada vez falta menos, y cuando termine recorreremos juntos el espacio.